
Muchas veces nos preguntamos que opciones tenemos a la hora de realizar una presión alta sobre el oponente. ¿ Dependemos de la forma de jugar del contrario o de su sistema de juego?, ¿ Qué criterios podemos elegir para hacerla efectiva?. En este post, vamos a intentar contestar a estas preguntas en función de darte dos posibles opciones: orientar al rival hacía afuera, o bien orientarlo hacía adentro. Las dos lógicamente tienen puntos a favor y puntos en contra. Te animamos a descubrirlos.
# Realizar una presión alta, orientar la presión hacía dentro o hacía afuera. El primer gran dilema
Al presionar, la mayoría de los equipos intentan guiar al oponente a un área específica del campo para finalmente ganar el balón allí y hacer la transición para crear oportunidades. Normalmente, hay una distinción entre forzar la construcción del oponente por fuera o por el centro. Ambas formas tienen ventajas y desventajas, vamos a intentar ver las fortalezas y debilidades de ambas.
– orientar hacía afuera o hacía las bandas.
Al guiar al oponente hacia afuera, el lado que presiona puede usar la línea lateral como un «defensor adicional», lo que facilita que el lado que presiona gane la pelota allí o forzar un error del oponente. Eso es porque es más difícil progresar desde la banda, que por ejemplo desde el centro, ya que el jugador lateral tiene menos opciones de progresar y está restringido por la línea lateral. Para lograr este objetivo, es importante que el centro del equipo que presiona esté cerrado, y el área de fuera es la única opción posible para construir para el equipo en posesión.
A menudo, uno o dos jugadores comienzan la presión y fuerzan al oponente a un lado específico y luego todo el bloque se mueve para crear una compacidad local allí y dejar el otro lado más o menos libre.


Sin embargo, el problema de este enfoque de presión es que si el equipo que presiona gana el balón, también es más difícil hacer la transición y crear una oportunidad. Después de ganar la pelota, el otro equipo puede contrapresionar inmediatamente y ahora usar la línea lateral para su ventaja. Por tanto, es necesaria una gran estructura y buenos movimientos de transición para crear ocasiones desde este planteamiento apremiante.
– orientar la presión hacía el centro
Guiar al adversario hacia el centro es más difícil y arriesgado si el adversario es capaz de progresar por el centro ya que el camino hacia la portería es más corto que por las zonas anchas y el adversario tiene mejores opciones de progresar.
Por otro lado, sin embargo, ganar el balón en el centro significa que el lado que presiona también tiene un camino más corto hacia la portería, lo que aumenta la posibilidad de crear una oportunidad.



Además, en el centro, las opciones de progresar también son mayores, por lo que es más difícil defender la transición. Dado que es más fácil superar la contrapresión del oponente debido a las diversas opciones progresivas.
Una vez más, es importante cerrar el centro. Sin embargo, dado que el lado que presiona tiene como objetivo guiar al oponente por el centro, también es importante cómo reacciona el equipo que presiona si el balón sale desviado.
Conclusión.
Como conclusión podemos decir que guiar al adversario hacía afuera es más fácil, pero más difícil crear ocasiones después de ganar el balón.
Guiar al rival hacia el centro es más arriesgado y difícil, pero es más fácil crear ocasiones.
Sin embargo, como sabemos, no existe la verdad absoluta en el fútbol y, a veces, cambiar el enfoque debido a una situación específica es la mejor opción.
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